Quien pisotea el corazón o el alma de su hermano;
Quien busca encadenar, nublar o ensombrecer la mente
Con miedos del infierno, no ha percibido nuestra meta.
Y Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida,
Para dar descanso al de pesada carga
Y paz para el dolor, el pecado y la lucha.
A todas las iglesias, no a una solamente;
En la mañana de Pentecostés una lengua de fuego
Rodeando a cada apóstol como un halo brilló.
Hemos combatido a menudo por un nombre sin sentido,
Y buscado dogmas, edictos o credos,
Para enviarnos los unos a los otros a la hoguera.
Para salvar al mundo, clavado al madero?
Si no, ¿por qué, entonces, tales divisiones?
El amor de Cristo abarca tanto a vosotros como a mí
Por credos que segregan y levantan una muralla.
Su amor envuelve y abraza a toda la humanidad,
No importa lo que nosotros nos llamemos de Él.
¿Por qué sostenemos credos que nos separan?
Só una cosa importa ser oída;
Que el amor fraterno llene todos los corazones.
Sólo hay un bálsamo para todos los dolores humanos,
Só hay un camino que conduce hacia los ciclos,
Este camino es: humana compasión y amor.
- Max Heindel
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